viernes, 9 de noviembre de 2012

Las esperas

Durante toda la historia de la humanidad, la gente ha buscado la felicidad, pero, ¿en verdad crees que sabes dónde encontrar la felicidad?...
Esta es la mejor respuesta que he encontrado, observen:

domingo, 4 de noviembre de 2012

Jack-o'-latern

Esta es la historia de la que se han sacado muchas versiones y que da origen a la costumbre de poner calabazas con caras en las casas el día de Halloween.

Un oscuro día, hace ya tantos siglos que ni el mismo Satanás se acuerda, llegó a los oídos del diablo que un hombre tan malo como él mismo se encontraba cerca. El diablo fue a comprobar si esto era cierto. Satanás se disfrazó de un hombre como cualquier otro y cuando se encontró a su "presa" lo encontró en un bar, bebiendo para anestesiar su conciencia.
El diablo le acompañó tomando con el. Cuando el diablo descubrió que, efectivamente, era un hombre malvado, le reveló su verdadera identidad. Satanás le dijo que había venido para llevárselo y que pagara por todos sus pecados. El hombre le pidió como última voluntad una última ronda juntos y el diablo aceptó.
Cuando hubieron acabado se dieron cuenta de que ni el uno ni el otro tenían dinero para pagar. El hombre le propuso al diablo que se convirtiera en una moneda para pagar y enseñarle su poder. Y el diablo se convirtió en moneda, pero en vez de pagar con este, el hombre se lo metió en el bolsillo y pagó con un crucifijo de plata que sacó de su otro bolsillo.
Satanás le ordenó que lo sacara de allí pero el hombre le dijo que no lo haría a no ser que le dejara un año más de libertad y el diablo aceptó.
Cuando pasó un año, Satanás volvió a buscarle y el hombre le pidió como última voluntad que le bajara la manzana del árbol que estaba a su lado como última comida. Cuando el diablo estaba en la cima, el hombre dibujo en el tronco del árbol una cruz con su espada. Ahora el diablo no podía bajar. Esta vez, el hombre le pidió no ser molestado en 10 años y que no pudiera llevar su alma al inframundo y otra vez el diablo accedió.
Pero el hombre murió antes de los 10 años. En las puertas del cielo, san Pedro le dijo que no podía entrar porque en el pasado había sido un mal hombre y lo mandó al infierno pero en el infierno le dijeron que tampoco podía entrar porque no habían pasado los 10 años de libertad prometidos.
Condenaron a el hombre a bagar por las calles toda la eternidad alumbrado únicamente por un nabo hueco con un carbón ardiendo.
Desde entonces la gente pone calabazas con caras dibujadas para espantar el alma de este hombre(que se llamaba Jack) y a todos los malos espíritus(diablos)
para que no les hagan truco o trato(trick or treate).
Desde entonces a Jack se le es conocido como Jack el linterna o Jack-o'-latern.