lunes, 28 de abril de 2014

RECUERDOS ADOLESCENTES

De nuevo volvía a pasear por las calles aún mojadas por la lluvia. Se colocó su capucha y subió el volumen de su reproductor de audio, como si así pudiera aislarse de la realidad.
Gente con paraguas caminaba deprisa, ajetreada, a su alrededor mientras las bombillas de las farolas parpadeaban al encenderse. La noche acababa de caer cuando el sonido que producía al agitar su bote reinaba en la noche. Se acercó al muro y dejó su ira en forma de rap y tinta negra, a la cuál quedó mirando como escurría por la pared. Pronto volvió a llover y fueron las gotas de agua lo que su madre, angustiada, contemplaba en su ventana.
Su risa nerviosa, la misma que le hacía temblar ahora cuando su recuerdo volvía era, probablemente, lo que le movía a actuar así.
Todos los complejos y humillaciones regresaban de golpe, pero él aceleraba el paso, subía más el volumen de su música y fruncía el ceño intentando convencerse a sí mismo de que nada era verdad, de su superioridad ante todos y todo, y todo por evitar llorar.
Quería sentirse duro, que ni una lágrima destruyese su muralla de arena dejando al descubierto su debilidad.
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Si os ha gustado esta breve introducción de una historia y queréis que escriba el resto dejadme vuestros comentarios y sugerencias. Gracias.